“No eres un caballo. No eres una vaca”. En estos términos ha tenido que apelar al público la Agencia de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, Food and Drug Administration) ante el aumento de informes recibidos de pacientes que han requerido asistencia médica y han sido hospitalizados tras automedicarse con ivermectina, un producto usado principalmente como medicamento veterinario. El motivo de esos casos ha sido la creencia errónea de que la ivermectina sirve para tratar a los seres humanos contra la COVID-19.
La FDA admite que dado el número de muertes que ha causado el coronavirus no es sorprendente que algunos consumidores estén buscando tratamientos no convencionales, no aprobados o autorizados por la agencia, y lo ve comprensible. Sin embargo, también recuerda que en los Estados Unidos el uso de cualquier tratamiento para la COVID-19 que no esté aprobado o autorizado por la FDA, a menos que forme parte de un ensayo clínico, puede ser muy peligroso y causar daños graves.
You are not a horse. You are not a cow. Seriously, y'all. Stop it. https://t.co/TWb75xYEY4
— U.S. FDA (@US_FDA) August 21, 2021
De este modo, la FDA ha tenido que recordar que no ha aprobado el uso de la ivermectina para tratar o prevenir la COVID-19 en los seres humanos, y que tomar grandes dosis de este medicamento es peligroso y puede causar daños graves.
La FDA aclara que algunas formulaciones de ivermectina se utilizan en animales para prevenir la enfermedad del gusano del corazón y ciertos parásitos internos y externos, e insiste en que es importante tener en cuenta que estos productos son diferentes de los utilizados para las personas, y que son seguros cuando se utilizan según prescritos únicamente en animales.
Igualmente, ha tenido que explicar que los medicamentos veterinarios suelen estar muy concentrados porque se utilizan para animales grandes como los caballos y las vacas, y que esas dosis tan elevadas pueden ser muy tóxicas para el ser humano.
En los Estados Unidos la FDA ha aprobado el uso en humanos de tabletas de ivermectina para tratar a personas con estrongiloidiasis y oncocercosis intestinales, dos afecciones causadas por gusanos parásitos. Además, algunas formas tópicas de ivermectina están aprobadas para tratar parásitos externos como los piojos y para afecciones cutáneas como la rosácea. No obstante, la ivermectina no es un antiviral, subraya la agencia estadounidense.
Sin embargo, se ha divulgado la creencia de que tomar grandes dosis de ivermectina es eficaz contra la COVID-19. El uso indebido de este producto puede abocar a una sobredosis que puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, hipotensión, reacciones alérgicas (picor y urticaria), mareos, ataxia (problemas de equilibrio), convulsiones, coma e incluso la muerte. Además, deben tenerse en cuenta las interacciones con otros medicamentos, como anticoagulantes.
Igualmente, la FDA apunta que revisa los medicamentos no sólo en función de la seguridad y la eficacia de los ingredientes activos, sino también de los inactivos, y muchos de los ingredientes inactivos que se encuentran en los productos animales no se evalúan para su uso en las personas, o se incluyen en una cantidad mucho mayor que los utilizados en las personas. En algunos casos, no se sabe cómo afectarán esos ingredientes inactivos a la absorción de la ivermectina en el cuerpo humano.
Si se tiene una receta para ivermectina para un uso aprobado por la FDA debe obtenerse de una fuente legítima, y tomar el producto exactamente como se ha recetado.
Aunque admite que se están realizando algunas investigaciones iniciales, la FDA no ha revisado los datos que apoyan el uso de la ivermectina para tratar o prevenir la COVID-19, y no ha aprobado el medicamento para este uso. Por ello, recuerda que tomar un medicamento para un uso no aprobado puede ser muy peligroso, y esto también es cierto para la ivermectina.