Los modelos de economía circular pueden no ser adecuados para abordar los riesgos para la salud animal, humana y medioambiental. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lanzó esta advertencia tras la publicación de un informe científico externo que señala lagunas en las evidencias relacionadas con los riesgos para la salud relacionados sobre todo con nuevos alimentos y piensos.
Un enfoque de economía circular tiene como objetivo mantener el valor de los productos, materiales y recursos durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, es necesario identificar posibles problemas emergentes para el medioambiente y la seguridad de los alimentos y los piensos para equilibrar tanto las oportunidades como los beneficios y los riesgos. En este sentido, la Comisión Europea adoptó un plan de acción de economía circular en marzo de 2020.
En el informe se hizo una revisión de la literatura y se clasificaron las prácticas en todas las etapas de la cadena de producción de alimentos y piensos en Europa para ofrecer una visión general de dichas prácticas, tanto actualmente como en una previsión de futuro.
Se identificaron cuatro áreas:
Entre los riesgos asociados a estas prácticas se incluyó la contaminación bacteriana y viral de cultivos alimentarios por el uso de aguas residuales para riego, metales pesados y micotoxinas en insectos y el potencial alergénico del quitosano en materiales de contacto con alimentos de base biológica.
El informe forma parte de un proyecto de dos años de EFSA sobre vulnerabilidades de seguridad alimentaria y piensos en esta área, y en él también se realizó otra búsqueda bibliográfica para identificar los riesgos emergentes para la salud vegetal, animal, humana y medioambiental a partir de nuevos alimentos y piensos en relación con la economía circular. Se encontraron veintiséis estudios relevantes que investigaban dichos riesgos.
Los estudios que estudiaban riesgos se centraron casi por completo en los peligros biológicos y químicos, los riesgos para la salud y los impactos ambientales de los insectos como alimento o pienso y su cría. Uno de ellos investigó los alérgenos, y los posibles peligros físicos solo se discutieron en las revisiones.
Siete artículos informaron sobre la presencia de peligros químicos potenciales en alimentos o piensos. Los peligros incluían metales pesados, dioxinas, bifenilos policlorados, hidrocarburos aromáticos policíclicos, hidrocarburos de aceites minerales, medicamentos veterinarios y pesticidas.
Los tratamientos térmicos o de liofilización posteriores a las cosechas pueden reducir o eliminar algunos peligros microbiológicos, pero los autores indicaron que no todos son efectivos para la inactivación total de los microorganismos y sus toxinas.
Las nuevas fuentes de alimentos y piensos, los materiales en contacto con alimentos para prolongar la vida útil y el reciclaje de plásticos y envases de papel o cartón tenían riesgos que se consideraban más difíciles de superar según una consulta.
Los expertos recomendaron que la investigación futura sobre nuevos alimentos y piensos basados en economía circular se centre en áreas fuera de la cría de insectos, y que se investiguen los riesgos potenciales asociados con la importación de ganado y otros productos a la UE que pueden estar sujetos a diferentes restricciones o legislación.