Un hombre de 55 años de la localidad de Montalbán de Córdoba se ha convertido en la segunda persona afectada por el virus del Nilo occidental en Andalucía durante 2022, según ha confirmado la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía. El hombre afectado fue ingresado el 5 de octubre con un cuadro clínico compatible con el diagnóstico, que fue confirmado por el laboratorio del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, donde se analizaron las muestras. La evolución favorable del paciente ha propiciado que ya haya sido dado de alta.
Es la primera vez que se tiene constancia del virus del Nilo occidental en el término de Montalbán de Córdoba, y por ello las agentes de salud pública de la Consejería de Sanidad se van a poner en contacto con el ayuntamiento de la localidad para informar de las acciones que deben ponerse en marcha para el control del mosquito Culex, vector del virus. Así mismo, se iniciará una comunicación activa con recomendaciones de prevención a los vecinos de la zona, como el uso de ropa que proteja de las picaduras de los mosquitos y de repelentes contra estos insectos, y evitar las zonas donde puedan proliferar, especialmente en las horas desde el atardecer hasta el amanecer, cuando más circulan.
A pesar de que la temporada de mosquitos está finalizando este año, la Junta de Andalucía ha señalado que las temperaturas cálidas nocturnas pueden favorecer aún la proliferación de este tipo de mosquitos, por lo que no puede considerarse como excepcional la aparición de casos en esta época.
Según la más reciente evaluación rápida de riesgo del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), en estos momentos el riesgo de meningoencefalitis por virus del Nilo occidental, teniendo en cuenta la probabilidad de transmisión y el impacto de la enfermedad, era “moderado en las zonas donde en esta temporada o en las previas se han detectado focos equinos, aves o mosquitos infectados y/o casos humanos”.
En el resto del territorio español, donde el virus aún no se ha detectado, el riesgo se “considera que es menor, aunque no se descarta la extensión de la circulación a nuevas áreas”. Este riesgo se mantiene durante la temporada de actividad del vector, desde abril a noviembre, siendo mayor durante el verano y principios de otoño. Entre los meses de diciembre y marzo, el riesgo es muy bajo.