Un grupo de investigadores del Istituto Italiano di Tecnologia ha diseñado un dispositivo de seguridad alimentaria elaborado a partir de materiales comestibles que indica si un producto congelado ha sido descongelado y vuelto a congelar. Los resultados de su trabajo se han publicado en la revista ACS Sensors.
El dispositivo puede detectar procesos de descongelación acoplando una celda galvánica activada por temperatura con una celda ionocrómica, que cambia de color. Todos los componentes del sensor están hechos con materiales completamente comestibles, incluida sal de mesa, repollo morado y cera de abejas.
La celda galvánica opera con una solución electrolítica acuosa, produciendo corriente solo a temperaturas superiores al punto de congelación de la solución. La celda ionocrómica utiliza la corriente generada durante la descongelación para liberar iones de estaño. Esto forma complejos con los tintes naturales, lo que hace que el color cambie y brinda información sobre los eventos de descongelación.
La temperatura a la que reacciona el sensor se puede ajustar entre 0 y −50 ºC. El rango de temperatura permite que el dispositivo se use en la cadena de suministro de varias maneras: como sensor, puede medir la duración de la exposición a temperaturas por encima del umbral, mientras que como detector puede proporcionar una señal de que hubo exposición a temperaturas por encima del umbral.
Según el estudio, el dispositivo podría garantizar que los alimentos congelados se manipulen correctamente y sean seguros para el consumo. Además, el sensor podría ser utilizado tanto por los trabajadores de la cadena de suministro como por los consumidores, lo que garantiza que los alimentos se congelen correctamente durante toda la cadena de suministro.