El Colegio de Veterinarios de Toledo destaca la importante labor que desempeñan los profesionales veterinarios en la preservación de las lagunas y humedales de la región, “vitales para la salud de las personas, de los animales y del medio ambiente, por lo que su conservación y vigilancia es parte esencial dentro de la estrategia One Health”.
Los humedales son los espacios naturales más amenazados por la acción humana hasta el punto de que, en último siglo, España ha perdido más del 60 % de esas zonas. De ahí la importancia de recordar, en el Día Mundial de los Humedales, que hoy se celebra, que Toledo cuenta con varios de estos hábitats ricos en vegetación y fauna, en los que los veterinarios hacen una labor fundamental.
Entre ellos, destacan ecosistemas como las lagunas de Larga, Peña Hueca y Tirez (Villacañas); El Longar, Altillo y Albardiosa (en Lillo); Grande y Chica y Lagunilla de la Sal (Villafranca de los Caballeros); Grande y Taray (Quero); o la Paloma (La Puebla de Almoradiel).
Todos ellos son básicos para la regulación del ciclo del agua y son filtros naturales que absorben el dióxido de carbono, reducen la contaminación y contribuyen a luchar contra el cambio climático. Además, al ser Toledo una zona de paso de aves migratorias aumenta la posibilidad de transmisión de enfermedades zoonóticas como el virus del nilo occidental o la gripe aviar.
Esa realidad implica al mismo tiempo una gran responsabilidad por la necesidad de extremar su cuidado y control para preservar su biodiversidad. En ese sentido, Juan Julián García Gómez, presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo, incide en que “los veterinarios participamos decisivamente en esa tarea, que contribuye a la salud de todos y al desarrollo socioeconómico de nuestra provincia”.
Lagunas y humedales se han convertido en una actividad lúdica que impulsan la actividad en sus áreas de influencia, pero que, concluye García Gómez, “si no se controlan con ciertas precauciones, pueden generar graves problemas de salud pública”.