El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ha publicado el Informe Epidemiológico Anual sobre campilobacteriosis con los datos correspondientes a 2022. En ese año, 30 países de la UE/EEA reportaron 140.241 casos confirmados de la enfermedad, con una tasa general de notificación en la zona de 46,9 casos por 100.000 habitantes.
La campilobacteriosis es la enfermedad gastrointestinal más comúnmente reportada en la UE/EEA, y la tasa de notificación fue más alta en niños menores de cinco años, con 146,2 casos por 100.000 habitantes. Muestra una clara estacionalidad, con un pico de casos en los meses de verano.
Durante el periodo 2018-2019, antes de la pandemia de COVID-19, las tasas de notificación de campilobacteriosis estaban disminuyendo gradualmente. Después de una caída significativa en el número de casos en 2020, probablemente como consecuencia de la pandemia, los números de casos aumentaron ligeramente en 2021 y se mantuvieron estables en 2022.
La campilobacteriosis es una enteritis diarreica aguda, causada principalmente por una de las dos especies: Campylobacter jejuni o C. coli. El periodo de incubación es típicamente de dos a cinco días. Los síntomas comienzan con calambres abdominales seguidos de diarrea acuosa, que a menudo se acompaña de fiebre, dolores de cabeza y dolores musculares. En alrededor de un tercio de los casos puede aparecer sangre en las heces. La infección suele ser autolimitante, durando alrededor de una semana, pero puede requerir atención hospitalaria en aproximadamente el 5-10 % de los casos. Si la infección es grave o prolongada, puede ser necesario un tratamiento antimicrobiano. La infección aguda puede llevar a complicaciones raras de inicio tardío, como artritis reactiva o síndrome de Guillain-Barré (GBS), que es una parálisis neuromuscular aguda.
Las bacterias de Campylobacter son comunes en los animales (por ejemplo, aves de corral, ganado, cerdos y aves silvestres) que pueden servir como reservorios sin síntomas clínicos. La infección humana generalmente ocurre mediante el consumo de alimentos contaminados (por ejemplo, carne de aves de corral) o agua potable de pozos. También se ha demostrado que nadar en aguas naturales es un factor de riesgo para la infección.
La campilobacteriosis sigue siendo una enfermedad diarreica importante, con una alta morbilidad y un riesgo, aunque bajo, de resultados fatales en la UE/EEA. Se estima que el manejo, preparación y consumo de carne de pollo de engorde representan el 20-30 % de todos los casos de campilobacteriosis humana. Se requiere una higiene adecuada en la cocina para evitar la contaminación cruzada. La carne de pollo cruda nunca debe lavarse, ya que esta práctica dispersa gotas al ambiente, contaminando superficies de la cocina y otros alimentos. Además, los cuchillos y tablas de cortar deben limpiarse correctamente después de preparar carne de pollo.
La reducción y eliminación de Campylobacter en aves de corral es un desafío que requiere una combinación de diferentes estrategias a lo largo de la cadena alimentaria para reducir el riesgo de infección en humanos.
Aunque la resistencia a las fluoroquinolonas sigue siendo alta en los aislamientos de Campylobacter de infecciones humanas, se observaron tendencias estadísticamente significativas de disminución en la resistencia a macrólidos y tetraciclinas en varios países durante el periodo 2018-2022.