Portugal ha decidido abandonar el sistema de etiquetado nutricional Nutriscore, adoptando en su lugar un nuevo método de etiquetado nutricional voluntario. Esta decisión, que refleja un cambio significativo en la política alimentaria del país, fue anunciada por la Dirección General de Alimentación y Veterinaria (DGAV), y ratificada con la publicación de un nuevo decreto sobre el etiquetado simplificado de alimentos que anula el anterior, publicado en abril, y que respaldaba el Nutriscore.
Este sistema, conocido por su etiquetado "semáforo” que utiliza colores para indicar la salud de los alimentos (verde para los saludables y rojo para los menos saludables), ha sido considerado inadecuado para evaluar los perfiles nutricionales de ciertos productos. Así, el nuevo decreto establece que la adopción de cualquier sistema de etiquetado nutricional simplificado será opcional y voluntario para los operadores económicos.
El problema, según el Ministerio de Agricultura portugués, es que Nutriscore "coloca, por ejemplo, el aceite de oliva virgen y virgen extra en una clasificación peor que algunas bebidas producidas artificialmente”. En cambio, el nuevo decreto establece que "la adopción de otro sistema simplificado de etiquetado nutricional”, facultativo y voluntario para los operadores económicos, "debe tener en cuenta modelos adecuados a los productos alimentarios portugueses”, atribuyendo al Gobierno, y en particular a la DGAV, la competencia sobre el asunto.
La propia DGAV, tras un estudio que puso a prueba el algoritmo en el que se basa el sistema simplificado de etiquetado Nutriscore, expresó sus reservas ya que "los resultados no eran coherentes con las recomendaciones dietéticas”. Se trata de un sistema, señala el nuevo texto de la ley, que "lleva a clasificaciones confusas y sin tener en cuenta el modelo de los productos alimentarios portugueses”.
Portugal se suma a Italia como países opositores del Nutriscore, argumentando que el sistema no se ajusta a la realidad de sus productos tradicionales. Con la reciente decisión de Portugal, ya son ocho los países que rechazan este sistema. Entre los países que aún apoyan el Nutriscore se encuentran Francia, Bélgica, Alemania y Luxemburgo.
En España el etiquetado Nutriscore no es obligatorio, pero se fomenta su uso a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), adscritoa al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.