El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado un informe sobre la situación actual de la fiebre del Nilo Occidental (FNO) en España. Este documento, elaborado por la Dirección General de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, proporciona una actualización detallada sobre la propagación del virus, los focos registrados y las medidas de control implementadas para combatir esta enfermedad zoonótica.
La FNO, transmitida por mosquitos del género Culex, sigue siendo una amenaza significativa para la salud pública y animal en España. Desde su introducción en el país, el virus ha demostrado ser capaz de mantenerse y circular de manera endémica debido a las condiciones ecológicas y climáticas favorables, la proximidad a áreas endémicas como África, y la gran diversidad de especies de aves que actúan como reservorios del virus.
El informe revela que tanto el linaje 1 como el linaje 2 del virus están presentes en España. El linaje 1 se encuentra principalmente en el centro y sur del país, mientras que el linaje 2, que apareció por primera vez en 2017, se ha detectado en el nordeste, particularmente en Cataluña.
Durante 2024, se han registrado 60 focos en équidos y 9 en aves. Las zonas más afectadas incluyen Andalucía, con 21 focos en Sevilla y otros en Cádiz, Huelva y Jaén, lo que subraya la vulnerabilidad de esta comunidad autónoma ante la propagación del virus. Otras regiones afectadas son Castilla-La Mancha y Cataluña, lo que confirma que el virus sigue expandiéndose a lo largo del territorio español.
Entre las aves afectadas, se han identificado focos en especies vulnerables como el águila imperial ibérica, el azor y el ibis eremita. Estas detecciones se han realizado mayoritariamente a través de vigilancia pasiva, lo que refleja la importancia de monitorear la mortalidad de aves silvestres para detectar la circulación temprana del virus.
El informe también señala un aumento considerable de casos en humanos. Hasta octubre de 2024, se han confirmado 114 casos humanos en varias regiones del país, lo que supone un incremento notable respecto a años anteriores. Este aumento se atribuye a factores climáticos y ecológicos que han favorecido la proliferación de mosquitos, así como a la migración de aves portadoras del virus desde áreas endémicas.
En cuanto a los équidos, las detecciones se han realizado tanto mediante vigilancia activa como pasiva. La vigilancia activa, realizada en animales centinelas, ha permitido identificar 8 focos, mientras que los 52 focos restantes fueron detectados mediante vigilancia pasiva en animales que presentaban síntomas de la enfermedad.
El Ministerio de Agricultura, a través de su Plan de Vigilancia de la FNO, ha intensificado las acciones de control para reducir la propagación del virus. Este plan, activo desde 2007, se activa cada año entre marzo y finales de otoño, coincidiendo con la temporada de mayor actividad del mosquito Culex. Las acciones incluyen la captura y análisis de mosquitos, vigilancia activa en aves y équidos centinelas, y la monitorización de la mortalidad de aves silvestres como indicador temprano de la circulación del virus.
Además, las autoridades instan a la población a informar sobre cualquier caso de mortalidad anormal en aves silvestres, ya que estos eventos pueden ser una señal temprana de la aparición de brotes, tanto en animales como en humanos.
El virus de la fiebre del Nilo Occidental sigue siendo un desafío para España, donde su propagación se ha consolidado como un problema de salud pública y animal. Las autoridades continúan reforzando las medidas de vigilancia y prevención para minimizar su impacto, especialmente en las regiones más afectadas. Este informe del Ministerio de Agricultura destaca la importancia de la cooperación entre las instituciones y la ciudadanía para prevenir nuevos brotes y proteger la salud de humanos y animales.