Cataratas, enucleación y revisión oftalmológica

Eduardo Huguet Baudin es veterinario y diplomado C.E.S. Ophtalmologie vétérinaire E.N.V.Toulouse (Francia). Director del centro Oftalmovet. oftalmología veterinaria (Calle Islas Canarias, 32 - 46023 Valencia - Tel: +34 963 625 664 – www.oftalmovet.es).

¿Qué debemos hacer ante una catarata?
No es rara la presencia de cataratas en los perros que encontramos en revisiones habituales en nuestra consulta diaria. El problema es entonces qué hacer.
La catarata es una opacificación del cristalino debida a una desorganización de sus fibras. Va evolucionando con el tiempo, más o menos rápido (de días a meses) hasta que produce una ceguera total.
Es incorrecta la idea de que conviene esperar para operar una catarata. Al contrario, cuando antes la operemos, mejores resultados obtendremos: si no el cristalino se va haciendo cada vez más duro (y es cada vez más difícil de extraer) y la inflamación uveal puede complicar el cuadro haciéndose más compleja la cirugía.

¿Cuándo debemos enuclear un ojo?
La enucleación es un proceso definitivo con el que dejamos sin posibilidad de visión a un animal. Hay, por lo tanto, que analizar bien las posibles opciones terapéuticas antes de lanzarse a este procedimiento quirúrgico.
Las laceraciones del ojo por arañazos de gato o por objetos punzantes pueden operarse para restablecer la integridad ocular y, en muchos casos, recuperar la visión, aunque parezca “imposible” salvar el ojo.
Los glaucomas pueden tratarse con procedimientos fistulizantes y ciclodestrucción, prolongando el tiempo de visión del ojo, y otras patologías de la retina consideradas de difícil pronóstico tienen soluciones con los medios de tratamiento actuales.
Por todo ello, conviene valorar adecuadamente las posibilidades visuales realizando al menos una ecografía ocular y/o un electroretinograma (además de la exploración ocular básica) para valorar la estructura y funcionalidad del ojo y tomar las decisiones acertadas.

Pautas para el examen oftalmológico en la consulta de vacunaciones.
No debemos olvidar que la “consulta de vacunaciones” puede ser una puerta para la detección de alteraciones del ojo. Es importante por ello “mirar a las mascotas a los ojos”, y dedicar 5 minutos para realizar unas cuantas pruebas básicas y asegurarnos que el animal que revisamos no presenta patologías incipientes, que podrían pasar desapercibidas:

Lo primero sería realizar un test de Schirmer, y asegurarnos que en un perro está en torno a unos 20 mm/min. y en gato a 17 mm/min.
Podríamos observar después los reflejos de amenaza y fotomotores.
Seguiríamos con una exploración con el oftalmoscopio directo, comprobando que tanto párpados y córnea como iris, cristalino y fondo de ojo están bien, que no se observan opacidades en el trayecto luminoso, ni manchas extrañas, ni turbidez en los humores del ojo.
Para acabar puede ser muy útil hacer una presión leve (como cuando palpamos una vena, con dos dedos y presión-contrapresión) sobre ambos ojos cerrados por los parpados, situándonos frente al animal, y valorar si la presión intraocular es la que notamos habitualmente o si se nota algún ojo blando o excesivamente duro.
Si acabamos con un test de fluoresceína, determinaremos si hay una úlcera o herida corneal y habremos realizado un gran examen oftalmológico, por un pequeño valor económico.